La fortaleza de Bastión de Tormentas ha permanecido en pie durante siglos, soportando el terrible tiempo de Bahía de los Naufragios sin sufrir ningún desgaste apreciable. Es el más conocido de todos los castillos de la región, y sirve como hogar a la casa Baratheon, aunque antes de eso fue la sede de los reyes Tormenta. La leyenda asegura que fue construido para aguantar la furia divina, y ciertamente, ninguna fuerza mortal ha conseguido dañarlo. La antigüedad del edificio se intuye por el arciano todavía en pie, en el centro del bosque de dioses, aunque como todos los del sur, hoy en día es más una zona de entretenimiento que lugar de culto.
Se rumorea que se usaron hechizos en la construcción de los muros de Bastión de Tormentas, que impedían que se pudiera usar magia alguna contra él. Mientras que la naturaleza y los nombres de los conjuros se perdieron hace tiempo (como casi todo el conocimiento arcano de Poniente), las leyendas afirman que los encantamientos seguirán funcionando tanto tiempo como el castillo permanezca intacto. Estas defensas no pueden evitar que se practique magia negra desde el interior, y tampoco protegen al señor una vez ha traspasado los límites de las murallas. Aun así, un señor dentro de Bastión de Tormentas tiene todos los motivos para considerarse a salvo y seguro. En la larga historia de la fortaleza, de varios miles de años, nunca ha sucumbido a un asedio, no ha sufrido daños por un temporal y no ha sido derrotado en una batalla.
Bastión de Tormentas está rodeado de un muro exterior de treinta metros de altura, compuesto de capas interiores y exteriores de bloques de piedra y un centro de arena y piedras más pequeñas y rugosas. No tiene menos de doce metros de grosor en ningún punto, lo que hace que las puertas parezcan túneles, y alcanza unos impresionantes veinticuatro metros en la parte que asoma a Bahía de los Naufragios. Esta muralla está curvada y reforzada con trabajo de mampostería, liso y sin aberturas para saeteras, puertas secundarias ni torres. Incluso después de siglos de tempestades y batallas, el muro exterior ni siquiera tiene grietas por las que pueda entrar el viento de las tormentas marinas. Desde dentro, el tremendo sonido de las olas chocando contra las rocas más abajo resulta casi inaudible.
El muro rodea un gran patio de piedra y numerosas escaleras que permiten el paso a su zona exterior. La pared protege la zona del viento y el mar, y disminuye la furia de las tormentas para los que están dentro. Los guardias deben patrullar por la parte superior vigilando a los posibles enemigos, ya que no hay otro punto desde el que hacerlo. Esto puede ser una debilidad que podría aprovechar un atacante astuto: en una noche fría, los soldados se quedan cerca de las antorchas y, cegados por ellas, no pueden ver sutiles cambios en las sombras cerca de la base del muro o del mar. A diferencia de la mayoría de los castillos, no hay muchos edificios anexos construidos en el patio, sino que éste se usa para torneos y entrenamientos con armas. Los establos y las cocinas se encuentran aquí, y hay zonas abiertas para las prácticas y el tiro con arco.
Todas las otras habitaciones y almacenes de la fortaleza se mantienen en la cilíndrica torre central, la única estructura dentro del muro exterior. La enorme construcción es suficientemente grande para alojar todos los barracones, establos, almacenes, cocinas, residencia del señor, salones de banquetes y herrerías necesarios. La cima está coronada con grandes almenas, dando la apariencia de un puño levantado desde lejos.
Como muchos castillos, las defensas de Bastión de Tormentas no se limitan a mantener a los enemigos fuera. Incluso con el muro, la torre central está sembrada con pasillos secretos y vestíbulos fáciles de defender. La familia Baratheon no ha necesitado nunca utilizar estas precauciones, dado que el edificio nunca ha sucumbido, por lo que muchas de estas defensas se han olvidado con el paso de las generaciones. Otras sólo las conocen unas pocas personas que se han criado allí mismo y las han descubierto mientras jugaban.
Sin embargo, simplemente llegar a este punto durante una confrontación ya sería muy costoso para el enemigo. Las tierras que rodean Bastión de Tormentas alternan los campos con los terrenos rocosos. Si los campos están segados, los plantíos no dejarían mucha comida, y el área pedregosa es muy árida como para poder usarla de escondite, dejando a cualquier ataque a merced de las armas de asedio instaladas en el muro del castillo. Hay pequeños grupos de árboles de los que se podría sacar madera, permitiendo a los enemigos construir torres y escalas, pero las características del terreno alrededor de la fortaleza haría que colocarlas fuera una empresa suicida.
El asalto por mar es todavía más difícil, pues el edificio se encuentra a cuarenta y seis metros por encima de las olas, y las murallas se levantan al borde de los acantilados. La costa es rocosa y peligrosa para los barcos en mal tiempo. Un túnel más allá de los escollos lleva a las cavernas debajo de Bastión de Tormentas que son suficientemente grandes para que naves atraquen en ellas. Dado que el curso está
plagado de rocas, sólo puede ser atravesado con marea alta, e incluso entonces hay piedras dentadas que dificultan la navegación. Incluso esta caverna está bien protegida, pues hay formaciones pétreas alargadas que funcionan como almenas, y las antorchas se pueden disponer de tal forma que ayuden a los defensores a la vez que ciegan a los atacantes. El techo está lleno de agujeros de la caverna, y un gran rastrillo puede cerrar el puerto interno al mar. El ingenio se desliza hasta el fondo y sus barras están tan juntas que sólo el agua pueda pasa entre ellas.
Debido a que se considera inexpugnable, a que es la residencia de la familia Baratheon, y a que no existen grandes ciudades en el resto de la región, Bastión de Tormentas es también el centro cultural del dominio. Se celebran torneos periódicamente, que son los eventos más importantes para los señores locales, y tener hijos que participen se considera un gran honor. Dado que no hay mucha demanda de ferias u otros entretenimientos refinados, los juglares ambulantes son bienvenidos, y los señores locales a menudo contratan bufones para aliviar el aburrimiento en las largas noches de tormenta. Este esplendor es simple y basto comparado con los entretenimientos que uno puede encontrar en Desembarco del Rey, pero es más apreciado dado el inhóspito lugar en que se realiza.
Imágenes
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