Dos son los ríos principales que riegan esta región, y ambos fluyen hacia el oeste del continente. El más largo y extenso es el Mander, que nace no muy lejos, al suroeste de Desembarco del Rey. Estefluye en la mayor parte del recorrido hacia el suroeste, pasando por Puenteamargo, Granmesa y La Sidra. Tanto el Blueburn como el Cockleswent se unen a él mientras baja lentamente hacia Altojardín. Al final, desemboca en el mar del Ocaso, más allá de las cuatro Islas Escudo, usadas para impedir que los invasores naveguen río arriba. Su profundidad también ayuda a prevenir las incursiones en el corazón de la región: es necesaria una barcaza de fondo plano para remontarlo más allá de Altojardín.
El Aguamiel, por otro lado, recorre una distancia mucho menor, pero tiene la misma importancia para la riqueza y el sustento que produce el Dominio. Los dos afluentes principales que forman el Aguamiel nacen al suroeste y al sureste del Torreón de Aguasclaras. Discurre principalmente hacia el sur hasta pasar Antigua, y, desde allí, hacia el Canal de los Susurros.
Al igual que con los ríos, hay dos caminos importantes que atraviesan la provincia. El de las Rosas es el más largo, cubriendo todo el trayecto desde Desembarco del Rey, pasando por Puenteamargo y Altojardín hasta acabar en su destino, Antigua. El otro camino importante es el del Mar, que, fiel a su nombre, abraza la costa del Mar del Ocaso y va hacia el sur desde Refugio Quebrado, en las Tierras de Occidente, antes de girar hacia el sureste en Roble Viejo y acabar en Altojardín.
Lugares Importantes
Hay varias aldeas, ciudades y otras áreas de interés en la región a parte de Altojardín, la capital, de entre las cuales destacan las siguientes.
El Rejo
En el rincón más suroriental se encuentra el Rejo, una isla famosa en todo Poniente, e incluso en algunos lugares al otro lado del mar Angosto, por la calidad de los vinos que produce. De entre estos hay varias cosechas notables, desde tintos secos afrutados a ricos blancos, el más afamado de estos últimos es el Dorado del Rejo.
Es el hogar de la casa Redwyne, una de las familias más poderosas del Dominio. Dado que están separados del resto del continente por el mar, el actual señor, Paxter Redwyne, se ha asegurado de que haya suficientes barcos a mano para transportar sus cosechas, así como para defender la isla si fuera necesario. La flota del Rejo constituye una parte importante de la fuerza marítima de los Tyrell; de hecho, las únicas armadas comparables en tamaño son la flota real y los barcos de las Islas del Hierro.
El principal acceso marítimo de la isla, y el punto desde el cual se distribuyen los diferentes vinos, se encuentra en la ciudad de Puerto Ryam. Otras dos ciudades de importancia son Viña Parra y Puerto Estrella de Mar.
También hay otras islas más pequeñas esparcidas en los Estrechos del Tinto, que separan el Rejo del resto del continente. Entre éstas se encuentran Cuna de Bastardo, Roca Herradura, la Isla de los Cerdos, Palacio de la Sirena y Cangrejo de Piedra.
Vado Ceniza
Al otro lado se encuentra el campo de Vado Ceniza, que la gente de la ciudad usa como lugar de encuentro. La llanura tiene una importancia considerable para la casa Fossoway, ya que fue allí donde Raymun Fossoway comenzó la rama de la Manzana Verde de la familia. Esto ocurrió cuando su primo Steffon rompió su palabra y luchó del lado de Aerion Targaryen contra ser Duncan el Alto, en el juicio de siete de este último. Raymun eligió una manzana verde a modo de burla hacia Steffon, al que le gustaba decirle a su primo pequeño que “no estaba maduro”.
Los Targaryen también tienen motivos para recordar el torneo del Vado Ceniza, pero por razones mucho más dolorosas. Cuando ser Duncan no tenía suficientes caballeros que sirviesen como defensa, el príncipe Baelor Rompelanzas, el hijo mayor y heredero del rey Daeron II, se prestó voluntario para ser el séptimo luchador. Baelor fue clave para ayudar a ser Duncan en el juicio, pero recibió una herida fatal y murió poco después.
Antigua
Antigua es, como su nombre indica, la ciudad más vieja de Poniente. Fue construida por los primeros hombres, y podría no haber llegado al día de hoy si sus líderes se hubiesen enfrentado a los invasores ándalos. En vez de eso, Antigua les abrió las puertas; una táctica que funcionó igual de bien cuando Aegon el Conquistador fue hacia el sur con sus dragones. La ciudad también era la más grande del continente antes de la conquista, pero al establecerse el Trono de Hierro en Desembarco del Rey, esta segunda urbe creció sobrepasándola en tamaño. Antigua está construida por entero de piedra, y todas las calles, ya sean las transitadas vías principales o los callejones en sombra, están adoquinadas.
Se encuentra en la desembocadura del Aguamiel, donde va a dar al Canal de los Susurros. Sólo eso es ya suficiente para hacer de Antigua uno de los lugares más importantes de Poniente, tanto para el Dominio como para el continente en su conjunto. Es el puerto de comercio más popular, donde atracan barcos de camino hacia las Islas del Verano y las Ciudades Libres.
Es el nudo marítimo preferido por la facilidad con la que los barcos pueden navegar por sus canales. La razón principal es la Torrería, la estructura más alta de todo el continente. Se trata de un inmenso faro que se alza sobre los acantilados de la Isla Batalla, en el centro de la ciudad. Está construida en una serie de pisos de unas trescientas varas de altura hasta la almenara, que se puede ver a leguas de distancia en todas direcciones. El resto de la urbe se construyó alrededor del faro, y se dice que los habitantes de la ciudad pueden decir qué hora del día es basándose en la sombra del edificio. Además de servir como guía a los barcos que llegan, también sirve como hogar de la casa Hightower. Esta dinastía reinaba en el lugar antes de arrodillarse ante los Gardener. Pero sigue gobernando Antigua, de manera que aún es una de las casas más importantes del Dominio.
La ciudad sigue el recorrido del Aguamiel, con sus gremios alineados en la orilla oeste. Siguiendo río arriba se encuentra la Ciudadela, el centro de los maestres, esos escasos individuos que han elegido una vida de servicio por el bien del reino. La Ciudadela queda a ambos lados del río, con numerosos puentes uniendo las dos mitades. Flanqueando la entrada principal hay dos esfinges de mármol verde, y más allá está el Hogar del Escriba, donde los acólitos llevan a cabo la mayor parte de las tareas necesarias para la ciudadanía. Esto es lo más lejos que los visitantes pueden adentrarse en el reino de los maestres. Este colectivo está dirigido por un grupo de archimaestres conocido como el Cónclave, que decide, por ejemplo, qué miembros de la orden se deben asignar a ciertas casas o castillos, o quién de entre los acólitos o maestres está listo para ser ascendido, entre otras cosas.
Muchos de los novicios y estudiantes de la Ciudadela han hecho del Cálamo y el Pichel su segundo hogar, una posada y burdel situado en una isla en terrazas en el Aguamiel. Clientes de todas las clases sociales visitan el lugar para calmar su sed de bebida y otros placeres más mundanos. La estructura de madera tiene unos seiscientos años, y aunque los pisos superiores están peligrosamente inclinados hacia el sur, nunca ha cerrado sus puertas en todo este tiempo. Muchos de los clientes de la posada prefieren salir fuera con sus bebidas ya que abundan los jardines donde poder descansar.
Antes de la conquista de Aegon, Antigua era el núcleo espiritual de la Fe de Poniente, y el Septo Estrellado sirvió como hogar de los septones supremos durante mil años. Cuando el nuevo monarca se asentó en Desembarco del Rey, la Fe le siguió, con lo que la principal religión de Poniente está gobernada hoy en día desde el Gran Septo de Baelor. Aun así, el Septo Estrellado sigue ofreciendo una vista impresionante, resaltando entre los edificios cercanos por el mármol negro con el que está construido. Hay unos cuantos templos más en la ciudad, incluido el de los señores, los siete santuarios cerca del Cálamo y el Pichel, y el de los Marineros, en el puerto. La ciudad reconoce la necesidad de las otras religiones del mundo, y por eso los tripulantes de barcos mercantes no tienen que alejarse de sus barcos para poder encontrar un templo dedicado a sus dioses. Entre los templos del muelle hay uno modesto dedicado a R’hllor, Señor de la Luz.
Las Islas Escudo
Las Escudo son un grupo de cuatro islas reunidas en la desembocadura del río Mander, en el mar del Ocaso. Sus nombres son Escudo Verde, Escudo Gris, Escudo de Roble y Escudo del Sur. No hay ninguna casa que domine todo el conjunto, pero normalmente hay una familia preponderante en cada una de las cuatro. Sin embargo, se espera que todas las islas trabajen en equipo, ya que si bien pierden gran parte de su efectividad si actúan individualmente, son imbatibles cuando actúan conjuntamente.
En realidad, las islas en sí mismas son poco importantes para la agricultura, ya que no producen bienes para el comercio y sólo producen el sustento suficiente para alimentar a sus propios habitantes. Sin embargo, los cuatro escudos tienen una relevancia tremenda desde el punto de vista militar. Por un lado, un invasor que quisiera declararle la guerra al Dominio desde el mar tendría que intentar sobrepasarlas sin atraer la atención. Esto es algo difícil, ya que las costas de los Escudos están abarrotadas de atalayas guarnecidas de soldados, buscando constantemente fuerzas enemigas. La vigilancia implacable es la respuesta a los hombres del Hierro, que ven la región como el objetivo principal de sus asaltos.
A la primera señal de una flota hostil, o incluso ante un pequeño número de barcos de las Islas del Hierro, los vigilantes de las torres encienden las almenaras, que harán que se enciendan otros fuegos en todos los puntos altos y que se toquen los cuernos de guerra por todo el lugar. Los pescadores dejarán sus redes y tomarán las armas, mientras los señores y los caballeros salen de sus castillos. Todos se encontrarían en los barcos de la flota de los Escudos, que se guardan en hangares de piedra a lo largo de la costa, y están listos para navegar en cualquier momento. Las barcas invasoras que intenten subir por el Mander también corren peligro, ya que las naves de los Escudos no solamente los perseguirán, sino que también cerrarán la desembocadura del río, asegurándose así de que los que quieran dar media vuelta no puedan ir más allá.
Altojardín cuenta con las Islas Escudo para suministrar la parte principal de la fuerza marítima del Dominio en tiempos de guerra. La única flota de la región que la supera en tamaño a es la de los Redwyne del Rejo.
0 comentarios:
Publicar un comentario