• Korewa zombie desuka
Poniente, un lugar donde los veranos pueden durar años y los inviernos toda una vida. Un mundo frágil; donde la magia y fuerzas antiguas se revuelven en el mundo conocido y en las tierras del frío eterno Más allá del Muro. Se acerca el invierno y trae helados vientos de guerra.

LA ERA DE LOS DRAGONES

Cerca de un siglo antes de que la Condenación les sobreviniera, los valyrios tomaron el control de una pequeña isla situada en Poniente, en la desembocadura de la Bahía Aguasnegras. Los Targaryen, una familia noble de Valyria, gobernaba en la isla llamada Rocadragón, el reducto más occidental del Feudo Franco. Allí vivieron los Targaryen hasta que llegaron las noticias de que el Feudo había caído, dejándoles como los últimos gobernantes valyrios en el mundo.

Mientras los ándalos luchaban por dominar los Siete Reinos, los Targaryen permanecieron en su fortaleza con tropas suficientes como para mantenerse a salvo. Aun así, el astuto y ambicioso Aegon Targaryen comenzó a desear algo más que la simple seguridad. Con un ejército limitado y con su tierra natal desgarrada por las revueltas, Aegon y sus hermanas Visenya y Rhaenys, con las cuales se había casado siguiendo la tradición valyria, tuvieron que decidir entre volver a su tierra natal o dirigirse al oeste y derrocar a los Siete Reinos. Finalmente, optaron por esto último, dado que sus fuerzas eran poco numerosas y Poniente estaba más cerca. Aegon contaba con varias ventajas de cara a llevar a cabo sus propósitos, pues además de la magia y el acero valyrios, tenía algo que ningún otro gobernante de Poniente poseía: los tres últimos dragones.

Las Guerras de la Conquista

Un siglo después de la Condenación de Valyria, y trescientos años antes de nuestros días, los Targaryen desembarcaron en Poniente, encabezados por Aegon el Conquistador, sus hermanas Visenya y Rhaenys y sus dragones. Las criaturas recibieron los nombres de los antiguos dioses de Valyria: Balerion, el Terror Negro, cuyos dientes eran largos como espadas; y sus hermanas Meraxes y Vhaghar. Vhaghar, a pesar de ser la más pequeña de los tres, era lo suficientemente grande como para tragar a un hombre montado y su caballo.

La casa Hoare, gobernante de las Islas del Hierro y las Tierras de los Ríos, fue la primera en caer, con el rey Harren el Negro muriendo abrasado en su refugio de Harrenhal, bajo el fuego de los dragones. El Rey Tormenta, Argilac el Arrogante, pereció después a manos del hermanastro bastardo de Aegon, Orys Baratheon. El escenario estaba preparado para la gran batalla final de las Guerras de Conquista.

  • El Ejercito de los Dos Reyes
A pesar de sus éxitos, las constantes batallas debilitaban a los Targaryen y exigían demasiado de su ejército. Tan sólo diez mil hombres marcharon con Aegon y sus hermanas, la mayoría soldados y levas poco convencidas, reclutadas en las tierras conquistadas. Los reyes Loren Lannister de la Roca y Mern del Dominio decidieron que había llegado la hora de atacar, y sus ejércitos combinados, más de cincuenta mil soldados de infantería y cinco mil de caballería, cayeron sobre Aegon mientras éste avanzaba hacia el sur. En un principio parecía que la conquista Targaryen había llegado a su fin, pues la carga inicial de los dos reyes había diezmado sus huestes, que huían en desbandada.

Fue entonces cuando los tres dragones aparecieron en el campo de batalla, juntos por primera y última vez. Cuatro mil de sus enemigos, incluyendo al rey Mern, murieron abrasados en lo que se llamó la Llanura de Fuego, y el restó huyó. El rey Loren, dándose cuenta de que su causa estaba perdida, se rindió ante Aegon, quien le permitió gobernar como vasallo de los Targaryen. Aquel día murió la última esperanza de derrotar a los Señores de los Dragones. Poco después Aegon llegó a Antigua donde, aconsejado por el Gran Septón, lord Hightower abrió las puertas y dio la bienvenida al ejército Targaryen. Éste fue el primer año de la dinastía, y todas las fechas desde entonces se indican como “DA” o “tras el Desembarco de Aegon”.

Sin embargo, los Targaryen no triunfaron en todas partes. Al sur, los astutos dornienses evitaron la batalla, asaltando y acosando al ejército de los señores de los dragones allá por donde pasaban. Finalmente, Aegon se dio cuenta de que conquistar Dorne sería demasiado costoso y permitió al reino mantener su libertad.


  • La Creación de las Grandes Casas
Las casas nobles del Poniente actual se fundaron o recibieron su título de manos de Aegon durante las Guerras de Conquista o cuando éstas terminaron.

Las Islas del Hierro fueron entregadas a los Greyjoy, y las Tierras de los Ríos fueron para los Tully en agradecimiento a la ayuda que Vickon Greyjoy y Edwyn Tully prestaron a Aegon. Orys Baratheon, hermanastro de Aegon, recibió las tierras de Argilac el Arrogante, mientras que a Loren Lannister se le permitió mantener las propiedades familiares, incluida la fortaleza de Roca Casterly, cuando se rindió a los Señores de los Dragones tras la derrota del ejército de los dos reyes. Harlan Tyrell, mayordomo del rey Mern, rindió Alto Jardín, hogar del difunto monarca, y por ello le fueron entregadas las propiedades de Alto Jardín y del Dominio.

De los reinos del sur, sólo Dorne y el Norte permanecieron libres. Aun cuando Aegon había asegurado sus conquistas, parecía que se acercaba otra guerra, pues Torrhen Stark, Rey de Invernalia, avanzaba hacia el sur para luchar en el Forca Roja, al este de Aguasdulces. Sin embargo, finalmente, sobrecogido ante el poderío de los dragones de los Targaryen y el tamaño del ejército de Aegon, ya reforzado con las tropas de las tierras conquistadas, Stark eligió someterse, aceptando la autoridad del nuevo conquistador. A cambio de ello recibió el señorío del Norte. Y fue así como prácticamente todo Poniente fue unificado, aunque los dornienses todavía gobernaban en el sur. Las espadas de los enemigos de Aegon fueron fundidas, y forjadas de nuevo en forma de imponente asiento, conocido hoy en día como el Trono de Hierro.

La Fe Militante

A pesar de que Aegon, sus hermanas, y los dragones habían triunfado prácticamente en todas partes, no fue fácil mantener la corona Targaryen. Tras la muerte del rey en el 37 DA, la orden militar de los antiguos dioses, conocida como la Fe Militante, se levantó contra el legítimo sucesor, Aenys I. Abrumado y sobrepasado, Aenys encargó la tarea de acallar la rebelión a su hermano y heredero Maegor. Le llevó el resto de su mandato sofocar la revuelta, y lo hizo con tal virulencia que fue conocido desde entonces como Maegor el Cruel. A su muerte, cuando Jaehaerys I subió al trono en el 48 DA, la Fe Militante aceptó el perdón y la amnistía a cambió de disolver la orden y jurar lealtad a los Señores de los Dragones. Gracias a su piedad y diplomacia, Jaehaerys fue conocido como “El Conciliador”, y el reino permaneció en paz otros setenta años.

El Baile de los Dragones

La primera de las tres grandes guerras civiles que desgarraron el imperio de los Targaryen comenzó con la muerte del sabio rey Viserys I, en el 129 DA, al dejarle el trono a su hija Rhaenyra. El comandante de la Guardia Real de Viserys, ser Criston Cole, no soportaba la idea de ver a una mujer subir al trono y proclamó rey a Aegon, hijo del segundo matrimonio de Viserys. La guerra asoló la tierra al unirse todos los nobles a uno u otro bando. El hijo varón del difunto rey, proclamado Aegon II, parecía haber triunfado cuando su dragón mató a Rhaenyra, pero los seguidores de ésta continuaron luchando bajo el estandarte de su hijo, Aegon III. La mayor parte de los dragones de los Targaryen perecieron en el sangriento conflicto, el cual concluyó en el 131 DA con la muerte de Aegon II y la subida al poder de Aegon III.

El trauma de ver cómo su madre era devorada por el dragón de su tío resultó tan traumático para el nuevo rey que alcanzó la madurez con un terrible miedo a estas criaturas. Aunque la mayoría había perecido en la guerra, un puñado de ellos sobrevivió. Los dos últimos dragones nacieron en Rocadragón poco después de la guerra, pero eran débiles y deformes. Aegon se ganó el título de “Veneno de Dragón”, pues estas criaturas habían muerto bajo su reinado. El último dejó tras de sí una nidada de huevos, pero no eclosionaron, firmando el final de los dragones en el mundo (o eso creían los maestres) para siempre.

La Conquista de Dorne y la Rebelión Dorniense

Dorne había sido durante mucho tiempo una fuente de frustración para los Targaryen. Al ascender al trono en el 157 DA, el joven rey Daeron I marchó hacia el sur, entablando batalla con los dornienses y derrotándolos rápidamente. Daeron, hijo mayor de Aegon III, era un joven inteligente y de gran talento que dejó escritos sus logros en La conquista de Dorne, y lideró sus tropas con gran valentía, a pesar de contar con tan sólo catorce años al ascender al trono.

Se cuenta que la conquista de Dorne duró lo que un verano, y que el Joven Daeron utilizó diez mil hombres para tomar el territorio y perdió cincuenta mil intentando mantenerlo. Como ya sucediese anteriormente, los dornienses demostraron ser astutos y prácticamente imposibles de gobernar. La tarea de domesticar el pueblo rebelde le fue confiada al señor de Altojardín, quien pasó mucho tiempo persiguiendo a los esquivos habitantes, moviéndose de finca en finca y obligando a los señores locales a abandonar sus hogares. Una noche, al tirar del cordón para llamar a una criada, en vez de eso se abrió el dosel de la cama, derramando sobre su cabeza una lluvia de cientos de escorpiones rojos. Al oír las noticias de la muerte del Altojardín, los dornienses iniciaron una revuelta y, en quince días, expulsaron a los Targaryen y recobraron su libertad, que se mantendría hasta la unión de Dorne a los Siete Reinos por medio de un matrimonio, treinta y seis años más tarde.

A pesar de sus buenas cualidades, el mandato de Daeron I no fue largo; murió a los dieciocho años dejándole el trono a su hermano Baelor, quien pasó a la historia como Baelor el Santo. Cuenta la leyenda que salió ileso de un nido de víboras dorniense en el que había entrado para rescatar a Aemon, el Caballero Dragón, y después, firmó la paz con los dornienses. Baelor, también conocido como “El Amado”, era a pesar de su apodo un hombre severo e inflexible que se negaba a tocar a su hermana-esposa Daena, llegando incluso a encerrarla junto a sus dos hermanas en la Fortaleza Roja en Desembarco del Rey para no caer en la tentación. A pesar de estar encerrada en la Bóveda de las Doncellas, Daena consiguió yacer con su primo Aegon, dando a luz a un hijo bastardo que se llamaría Daemon Fuegoscuro.

Baelor dejó su marca en el reino debido a sus excentricidades. Uno de sus grandes logros fue la construcción del Gran Septo en Desembarco del Rey, más tarde conocido como el Gran Septo de Baelor. Murió en el año 171 DA, y fue sucedido por su tío, Viserys II, que gobernó solamente durante un año, dando paso a otro monarca que hizo algo más que compensar la austeridad del reinado de Baelor.

El rey Aegon IV, hijo mayor de Viserys II, fue conocido como “El Indigno”, debido a su vida disipada y a sus excesos. En su lecho de muerte, en el año 184 DA, proclamó legítimos a las docenas de hijos bastardos que había tenido con sus amantes, preparando el terreno para el inenarrable derramamiento de sangre que vendría a continuación. Conocidos como los Grandes Bastardos, incluyendo algunos como Daemon Fuegoscuro o Aegor Ríos “Aceroamargo”, tanto ellos como sus descendientes causarían problemas a los Siete Reinos durante cinco generaciones, hasta que el último de ellos muriera en la Guerra de los Reyes Nuevepeniques.

La Rebelión de los Fuegoscuro

En el año 184 DA, el hijo mayor de Aegon subió al trono como Daeron II. Es conocido por la historia como “el Bueno”, y su mandato comenzó bien, ya que consiguió anexionar de manera pacífica el problemático reino de Dorne, casándose con Myriah Martell e importando muchas de sus costumbres a la corte. Muchos se opusieron a esto, y empezaron a correr rumores de que Daeron ni siquiera era hijo de Aegon, sino que era el producto de una aventura entre la reina Naerys y el legendario Aemon, el Caballero Dragón. Habida cuenta de las numerosas infidelidades de Aegon, pocos habrían osado culpar a la reina por buscar consuelo fuera del matrimonio. Sin embargo, si el rumor era cierto, Daeron no tendría derecho a reclamar el trono y, por tanto, éste debería haber pasado a uno de los hijos legítimos de Aegon.

El cabecilla de los opositores era Daemon, que había sido armado caballero por su padre a los doce años y portaba la espada valyria Fuegoscuro. Conocido, según quién cuente la historia como Daemon Fuegoscuro, Daemon el Pretendiente, el Rey Portador de la Espada, o Daemon el Traidor, el joven príncipe se proclamó rey en el 195 DA, izando su propio estandarte, un dragón negro de tres cabezas sobre un campo rojo, es decir, los colores del escudo de armas tradicional Targaryen invertidos.

En la lucha del dragón rojo contra el dragón negro por el control de Poniente, se unieron a Fuegoscuro su medio hermano Aegor “Aceroamargo” Ríos, así como muchos otros grandes caballeros, como Robb Reyne, Byren Negro Flores, y ser Aubrey Ambrose. Se cuenta que cuando blandía a Fuegoscuro Daemon era invencible en la batalla, pero su fin llegó, como llega a todos los hombres, cuando el príncipe Maekar, hijo de Daeron, y lord Hayford libraron batalla contra él en el campo de Hierbarroja. Al principio todo iba bien para el pretendiente; Hayford había muerto y Fuegoscuro luchaba cara a cara contra ser Gwayne Corbray de la Guardia Real. Cuando por fin parecía que el dragón negro estaba a un paso de la victoria, un segundo ejército leal comandado por el príncipe Baelor llegó, y sorprendió a los rebeldes por la retaguardia, en una maniobra conocida como “yunque y martillo”. Desde allí, Brynden Ríos, conocido como el Cuervo de Sangre, otro de los hijos de Aegon que se había mantenido fiel a Daeron, ordenó a sus arqueros que lanzaran una lluvia de flechas contra el ejército del pretendiente. Fuegoscuro cayó bajo uno de los proyectiles del propio Cuervo de Sangre, y las huestes del dragón negro huyeron en desbandada.

Aceroamargo volvió a reunir a los desmoralizados rebeldes y lideró la carga contra los arqueros, cobrándose uno de los ojos de Cuervo de Sangre en el intento, pero finalmente sus esfuerzos fueron inútiles. Los lanceros dornienses de Baelor rodearon y acabaron con los rebeldes, si bien Aceroamargo pudo huir a las Ciudades Libres llevándose con él la espada Fuegoscuro.

Raymun Barbarroja

Los salvajes del lejano Norte han intentado doblegar el poderío de la Guardia de la Noche y del Muro en numerosas ocasiones a lo largo de los años. Pero las amenazas del Norte parecían menos apremiantes con los largos veranos y la prosperidad del sur, y así comenzó el declive de este cuerpo. En el año 184 DA, el salvaje Rey-más-allá-del-Muro Raymun Barbarroja se aprovechó de la laxitud de los soldados e hizo trepar a sus hombres por el Muro, evitando a los hermanos negros y dirigiendo su horda hacia el sur. Eludida y humillada, la Guardia de la Noche desempeñó un papel insignificante en la batalla subsiguiente, en la que lord Willam Stark y Harmond Umber de Último Hogar salieron al encuentro de los salvajes de Raymun y los aplastaron, al norte de Lago Largo. El valiente lord Willam pereció en la batalla y fue sucedido por su hijo. Apenado y disgustado con la Guardia y con el Lord Comandante (que pasó a la historia como Jack el Dormilón), ordenó a los hermanos negros enterrar a los salvajes muertos mientras él lloraba su pérdida.

La Guerra de los Reyes Nuevepeniques

No fue hasta doscientos sesenta años después del desembarco de Aegon que los Siete Reinos se vieron finalmente libres de los descendientes de Fuegoscuro. Maelys Fuegoscuro, llamado “el Monstruoso” por la presunta segunda cabeza que le crecía del cuello (resultado, dicen los rumores, de haber devorado a su propio hermano en el útero), reunió un grupo de mercenarios, piratas, mercaderes y aventureros conocidos como la Banda de los Nueve, y se lanzó a conquistar Poniente. La banda tuvo algunos éxitos al principio, tomando Tyrosh y construyendo bases a lo largo de Peldaños de Piedra, los restos del antiguo Brazo de Dorne. Los Targaryen, sin embargo, se enfrentaron a esta amenaza de manera contundente y, liderados por ser Barristan Selmy, derrotaron a los conspiradores en los mismos Peldaños de Piedra. Maelys cayó bajo la espada de Barristan, y uno de los conspiradores, Alequo Adarys Lengua Dorada, se escapó a Tyrosh donde vivió hasta su muerte seis años más tarde. La banda se disolvió y, una vez más, el Trono de Hierro permaneció a salvo en manos de los Señores de los Dragones. Pero el sangriento final de la dinastía Targaryen no iba a demorarse mucho.

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