La dinastía Targaryen se había ido debilitando tras generaciones de endogamia, al continuar con su tradición de casar a hermanos y hermanas. En aquellos días se decía que la mitad de los Targaryen nacían locos, y al final fue esa locura la que los destruyó.
Aerys II comenzó su mandato de forma optimista con su subida al trono en el año 262 DA. Hijo de Jaehaerys II, Aerys era amable con sus amigos, ilustrado en su gobierno, y ahorrador con las riquezas de sus dominios hasta el punto de que las arcas de los Siete Reinos rebosaban oro. Sin embargo, sufría ataques de locura y era totalmente brutal con sus enemigos, inmolándolos a menudo con fuego valyrio. A pesar de que el reino seguía siendo próspero y de que el Rey tenía en cuenta las sabias opiniones del Consejo (en especial la de su Mano, Tywin Lannister), sus ataques de locura se hicieron cada vez más frecuentes con la edad, hasta que todos se vieron forzados a reconocer que estaba al borde de la demencia.
Cuando se produjo su caída, ésta fue rápida, y fue Rhaegar, el hijo de Aerys, quien la desencadenó. Hacía tiempo que Rhaegar, el príncipe heredero, estaba enamorado de la bella Lyanna Stark, que estaba prometida con lord Robert Baratheon. En el año 282 DA, Rhaegar se fugó con ella, dando pie a que muchos, Robert el primero, afirmaran que la había secuestrado. Brandon, hermano de Lyanna, y algunos otros compañeros (su escudero Ethan Glover, Jeffory Mallister, Kyle Royce y Elbert Arryn, sobrino y heredero del señor del Nido de Águilas) cabalgaron hasta Desembarco del Rey para exigir su regreso. Pero la locura de Aerys dominó al Rey, y éste ordenó que apresaran a los jóvenes nobles acusándolos de traición. Después hizo llamar a los padres de los prisioneros, incluyendo al padre de Brandon, lord Rickard Stark.
Lord Stark, a su llegada a la Fortaleza Roja junto con los padres de los otros caballeros, exigió un juicio por combate. Perdida completamente la cordura, el rey Aerys eligió que el fuego fuese su campeón y asó a lord Stark en su propia armadura mientras su hijo miraba sin poder hacer nada. A Brandon Stark lo sentenciaron a la horca, donde murió con su espada a escasos centímetros. El resto de prisioneros fueron ejecutados sin ningún juicio. Después, el Rey Loco mandó emisarios al Nido de Águilas pidiendo a lord Jon Arryn que entregase las cabezas de Robert Baratheon y Eddard Stark. En lugar de obedecer, las tres casas convocaron a sus banderizos y se rebelaron. La guerra había tomado una vez más los Siete Reinos, y esta vez no acabaría hasta que no quedasen más que las cenizas de la dinastía de los Señores de los Dragones.
La disputa fue rápida y sangrienta, y su trágico final inevitable. Robert Baratheon obtuvo su primera victoria en la Batalla de Salaverano, pero su ofensiva fue frenada por Mace Tyrell en Vado Ceniza semanas más tarde. En una lucha feroz entre ambas casas, conocida como la Batalla de las Campanas, los ejércitos de Aerys fueron expulsados de la ciudad de Septo de Piedra por las fuerzas combinadas de las tres casas aliadas. Tras este enfrentamiento, Aerys se dio cuenta de que Robert Baratheon no era un simple bandido o un rebelde, sino una seria amenaza para su reino. Empezó entonces a acumular fuego valyrio alrededor de Desembarco del Rey, con la intención de quemar la ciudad y a todos sus habitantes antes que entregársela al Usurpador, y ordenó al príncipe Rhaegar que hiciese hincar la rodilla a los señores advenedizos.
Los ejércitos se encontraron donde el Camino Real cruza el río Tridente. Allí, la fatalidad cayó sobre los Targaryen cuando Robert Baratheon mató al príncipe Rhaegar en un combate mano a mano. Loco de rabia por el secuestro y la violación de su prometida Lyanna, Robert aplastó con su martillo la coraza tachonada de rubíes del Príncipe de un sólo golpe, y poco después el ejército leal se batía en desordenada retirada. Actualmente, se conoce ese lugar como Vado Rubí, y se dice que todavía pueden encontrarse allí las piedras preciosas de la armadura del príncipe asesinado.
Fue entonces cuando, por fin, con los ejércitos de Aerys en retirada y la derrota llamando a las puertas de la Fortaleza Roja, los Lannister que hasta ahora habían permanecido neutrales llegaron a Desembarco del Rey bajo el mando de lord Tywin Lannister. Tywin había sido tiempo atrás un buen amigo de Aerys y había servido como su Mano hasta que la locura de éste y los agrios desacuerdos entre ambos los separaron. Ahora parecía que había vuelto para salvar a su viejo amigo en esta hora de necesidad. Aerys abrió las puertas de la ciudad siguiendo el consejo del Gran Maestre Pycelle, y permitió la entrada del ejército de Lannister. Pronto se daría cuenta de su error, ya que enseguida se volvieron contra él y saquearon la ciudad.
Fue entonces cuando, por fin, con los ejércitos de Aerys en retirada y la derrota llamando a las puertas de la Fortaleza Roja, los Lannister que hasta ahora habían permanecido neutrales llegaron a Desembarco del Rey bajo el mando de lord Tywin Lannister. Tywin había sido tiempo atrás un buen amigo de Aerys y había servido como su Mano hasta que la locura de éste y los agrios desacuerdos entre ambos los separaron. Ahora parecía que había vuelto para salvar a su viejo amigo en esta hora de necesidad. Aerys abrió las puertas de la ciudad siguiendo el consejo del Gran Maestre Pycelle, y permitió la entrada del ejército de Lannister. Pronto se daría cuenta de su error, ya que enseguida se volvieron contra él y saquearon la ciudad.
Desesperado, Aerys ordenó a su Mano, el piromante lord Rossart, prender los almacenes de fuego valyrio y destruir a los Lannister junto con todo Desembarco del Rey. Más aún, ordenó al capitán de la Guardia Real, Jaime Lannister, hijo de Tywin, que asesinara a su padre. En vez de obedecer, Jaime mató a Rossart antes de que pudiera incendiar la ciudad, y después asesinó al Rey.
Sin embargo, Tywin no había acabado. Envió a sus caballeros Gregor Clegane y Amory Lorch a que mataran al resto de la familia real, exterminando así a los Targaryen de una vez por todas. El despiadado Gregor asesinó al infante Aegon, hijo de Rhaegar, y después violó y mató a la esposa de Rhaegar, la princesa Elia de Dorne. Amory encontró a la hija de Aegon, la princesa Rhaenys, agazapada bajo la cama de su padre, de donde la sacó a rastras, y la pasó por la espada.
Así fue como cayó la casa Targaryen, aunque la victoria de Tywin no fue completa. Rhaella, la embarazada hermana-esposa del Rey Loco logró escapar a Rocadragón con la ayuda del todavía leal ser Willem Darry, llevando con ella a su hijo pequeño Viserys. La última Targaryen, la princesa Daenerys, nació en Rocadragón pocos meses después. Rhaella murió durante el parto y ser Willem llevó a los dos niños a las Ciudades Libres donde, al llegar a la edad adulta, Viserys conspiraría para recobrar el trono. Rocadragón caía en manos de las tropas de Stannis Baratheon, pero era demasiado tarde para atrapar a los dos últimos Targaryen.
La guerra había acabado, y los Siete Reinos habían cambiado para siempre. Fue una victoria agridulce, ya que Lyanna Stark, cuyo supuesto rapto había desencadenado la guerra, murió en la Torre de la Alegría. Triste y amargado, Robert Baratheon subió al Trono de Hierro y tomó a la hija de Tywin, Cersei Lannister, por esposa. Los demás rebeldes recibieron su justa recompensa y parecía que los Siete Reinos habían encontrado finalmente la paz, habiéndose deshecho para siempre del azote de los Reyes Dragones.
0 comentarios:
Publicar un comentario